Tundra
- Flor Marchita
- 28 may 2020
- 1 Min. de lectura
Era invierno, un crudo invierno en Scandinavia.
El viento resoplaba tan fuerte que derribaba las pocas hojas que tenían los árboles que allí estaban.
Ella estaba en medio de aquel caótico clima, esperando que la consumiera por dentro.
Esbozaba palabras y lágrimas congeladas recorrían sus pómulos, sus labios rosados y agrietados por el frió, su aliento hacia una niebla que estaba por extinguirse, hasta que cayó.
Nadie supo donde estaba, nadie sabia que había pasado, solo la encontraron congelada en la nieve espesa con un puñal en medio de su corazón.
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